sábado, 24 de abril de 2010

LA BRAÑA DE LOS TEJOS



Tras el descanso del guerrero de estos meses, retomamos nuestro eterno caminar por la senda del misterio y de los extraordinario de Cantabria. No mostraremos hoy un lugar fácil de encontrar, se trata más bien de una pequeña joya que nos guarda nuestra amada Liébana en sus entrañas. Cerca de mi admirada y poco reconocida Lebeña, cuna del misterio y catarsis de viejas religiones, se encuentra un lugar poblado por cientos de árboles sagrados, un lugar donde el hombre se deja caer con la certeza de que su idílica belleza encierra la esencia de lo sagrado. Allí donde habita el olvido de viejos dioses impetuosos viajaremos hoy. Que nuestra senda nos conduzca con paso firme al lugar donde moran los Tejos....



Saludos y paz



Camino de la subida a la braña de los Tejos se encuentra el viajero con la sensación de estar visitando un lugar que no por escondido esté olvidado. Partiendo del pueblo de Lebeña con esa maravilla de iglesia mozárabe de la cual ya hemos comentado en este blog las increíbles connotaciones mágicas que presenta, se parte dispuesto a afrontar pendientes píndias y complicados elementos en el camino que anticipan el ansiado fin para el viajero. Se podría considerar esta braña como un machu pichu cántabro especialmente por la importantes connotaciones que los Tejos tenían para el pueblo cantabro y las especiales características que presenta este árbol en el cual prácticamente todo en sí es venenoso salvo la piel que recubre sus frutos y que goza de una tremenda longevidad como se puede apreciar en este santuario.





No es de extrañar que consideremos esta ruta mágica como ser digna de ser presentada tras tanto tiempo de ausencia de post y es que el tejo aún es considerado un árbol “peculiar” en nuestra tierruca. Nuestros antepasados cántabros divinizaron estos árboles como lo hicieron los celtas y bajo su influencia, siendo el tejo especialmente apreciado por éstos junto con el roble. No nos es ajeno el impactante y simbólico hecho de que los indomables cántabros se suicidaban con veneno extraído de las hojas del tejo antes de caer esclavos del Impero de Roma tal y como nos muestran en sus escritos S
ilio Itálico, Floro, Plinio y San Isidoro de Sevilla o cómo aquellos que por su longevidad no podían ser aptos para participar de la guerra igualmente se sacrificaban. La tremenda vida de los tejos es el hecho de que se le considere como un árbol testigo pues permanecía más allá de las generaciones de cántabros y como se atestigua por su presencia en cementerios, iglesias, casonas....



Así pues, querido lector, no dejes pasar la oportunidad de conocer ese paraíso cántabro en los monte de Peñarrubia y poder disfrutar allí del imprimatur que los viejos cántabros aún sentimos correr por nuestras venas al estar frente a un tejo, que es lo mismo que decir que es estar frente un árbol que marcó la lucha de los cántabros por su libertad y por su identidad. La próxima vez que te encuentres alejado de Cantabria, si la quietud de tu alma sientes que se perturba, recuerda que quizá sea la llamada de los tejos que aun reclaman para sí la sangre de sus hijos....





Para más información las web:www.ayto-penarrubia.org, senderismocantabria.wordpress.com -fotos sacadas de las web mencionada- y como siempre para más y mejor información de este artículo y de Cantabria en la red en la revista de CAJA CANTABRIA: http://www.cajacantabria.com

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