sábado, 22 de diciembre de 2007

RUTA DE LOS MENHIRES VALDEOLEA

Vemos en esta nueva parada de nuestra ruta mágica por Cantabria la presencia de un “camino megalítico” marcado por menhires (del bajo bretón men = piedra, e hir = largo) de remota existencia. Es un tema discutido la funcionalidad y significado de estas grandes moles y su levantamiento vertical, al margen de las diversas teorías indicar que van desde los que afirman que marcan corrientes telúricas y zonas de poder, hasta los que ven en ellos “sustitutivos del cuerpo” a los que se incorporaban las almas (como dice H. Kirchner “un sustitutivo en piedra venía a ser un cuerpo para la eternidad”) o punto de comunicación entre el cielo, la tierra y el mundo subterráneo, depósitos inagotables de vitalidad y de potencia (idea marcada por el significado sexual de los menhires) ... etc. Toda esta incertidumbre respecto a su significado y origen les hace dignos testigos de una futura visita que espeto realicéis para admirar la ruta, los menhires y sus extraños símbolos... te atreves a visitar el misterio de la piedra???



Saludos y paz.



Esta ruta de unos 13 km se encuentra enclavada entre Mataporquera (capital municipal de Valdeolea) y Mata de Hoz, curiosamente se accede a la misma desde la iglesia de Santa Eulalia, comenzando ahí una ruta que nos lleva a visitar una de las rutas más fascinantes de la Cantabria mágica. Los primeros menhires los vemos en un pradería (Campo Calí) desde donde se puede alcanzar la cima de un pequeño altozano (cota 991) donde está el primer menhir de los diez que componen el lugar. El Menhir “El Cañón”: también conocido con el significativo nombre de “Piedrahita”,tiene 3’68 metros y se le apoda así porque antes de su restauración todavía estaba hincado, pero tan inclinado que recordaba a un cañón. Siguiendo el trazado encontramos el segundo menhir del recorrido que es el Menhir “El Peñuco”: situado en el paraje denominado Mandafril, inmediato al pueblo de Bercedo, tiene 4 metros de altura. Orientándonos hacia el Norte, alcanzando un nuevo cruce junto al cual existe un manantial con restos de un antiguo lavadero (Las Fuentes) encontramos el tercer menhir del recorrido, el Menhir “El Cabezudo”: ubicado en el paraje denominado El Olmo (cota 952), es el mayor de los encontrados en Valdeolea y uno de los más grandes de España, con 4’85 metros de altura. El cuarto menhir, abrazado por una estructura metálica, el el Menhir “La Llaneda”: tiene 3’78 metros de altura, y había sido derribado y desplazado de su emplazamiento original, que se desconoce, por lo que se ha levantado en este lugar de fácil acceso desde la carretera. El siguiente se encuentra a la altura del desvío a la localidad de La Cuadra, y es el Menhir “La Puentecilla”: es uno de los más pequeños, con 2’35 metros de altura, habiendo sido restaurado, pues estaba partido. Ya en dirección a Olea podemos apreciar los Menhires “La Matorra I” y “La Matorra II”: están juntos y son los más pequeños, con 1’60 y 2’20 metros respectivamente. Por último, cerca de Reinosilla, vemos la Laja megalítica y “menhir-puente” de Reinosilla: la laja pudo pertenecer a un dolmen destruido, siendo acarreada hasta este lugar para servir de rústico puente sobre un cauce de agua. Para concluir observaremos el Menhir “Peñahincada”: también conocido como “Piedra de Sansón”, tiene 3 metros de altura y una leyenda asegura que el legendario forzudo lo lanzó desde un alto cercano quedando clavado en este lugar.


Para más información la web: http://www.adeval.net y como siempre la mejor información de Cantabria en la red en la revista de Caja Cantabria: www.cajacantabria.com

sábado, 15 de diciembre de 2007

EL SANTO CRISTO DE LIMPIAS

Nos encontramos en nuestra segunda entrega con la presencia de un

hecho que ha perdurado en el tiempo tanto de padres a hijos como en las diversas manifestaciones folclóricas de Cantabria. La historia del Cristo de Limpias destaca desde hace casi un siglo a Limpias como uno de los puntos mágicos más atractivos de nuestra tierra. Junto con Santo Toribio de Liébana y San Sebastian de Garabandal constituyen quizá la referencia de fenómenos crísticos más importantes de Cantabria, sin contar con las tradiciones que acompañan a las diversas vírgenes coronadas que cohabitan en Cantabria. Nuestra segunda parada nos lleva pues a Limpias y a su bello Cristo, te animo a visitarle en su capìlla y a mirarle fijamente a los ojos....te atreves??

Saludos


"Cuenta la tradición popular que don Diego tenía la escultura en su oratorioparticular en Cádiz, cuando en 1755, sucedió una gran calamidad, se inundó laciudad. El pueblo creyente ante tal desgracia demandó protección a los santos.Éstos se sacaron en rogativa y al tocar las aguas los pies de la escultura delCristo, las aguas retrocedieron milagrosamente. Ante tal prodigio, el Cabildo dela catedral ordenó que la talla fuera llevada a un oratorio público. Don Diegode la Piedra conforme, prefirió que ese lugar fuera la localidad donde nació,donándola a la Iglesia de Limpias.

Dicen que en la Semana Santa de 1919, estando el templo completamente lleno defieles, unas niñas que estaban devotamente rezando, interrumpieron la misa ysalieron atemorizadas y llorosas de la Iglesia, decían y afirmaban que el SantoCristo de la Agonía había movido los ojos y las había mirado dulcemente. Díasdespués, el 12 de Abril, volvió a repetirse el prodigio. Observado por grannúmero de personas, indicaron que El Cristo les miró y con un gesto de profundodolor que contrajo su divino rostro, les mostró una tierna y dulcísima mirada depiedad y misericordia. Los Reverendos Padres, intentando aplacar a la multitudque se echaba atropelladamente a los pies del Cristo agonizante, no podíanarticular palabra al comprobar ellos mismos la veracidad delmilagro.

La noticia se extendió y dio lugar, y continúa así en la actualidad, a que se venere tan prodigiosa escultura. El culto al Santo Cristo de la Agonía, atrae a lo largo de los años a los creyentes y a los curiosos a Limpias. Algunos dicen que no ven nada, otros afirman que han sido bendecidos con una mirada del Santo Cristo."



Extraido parcialmente de la web del Ayuntamiento de Limpias : http://www.limpias.es/santocristodelimpias.php y como siempre la mejor información de Cantabria en la red en la revista de CAJA CANTABRIA: www.cajacantabria.com

lunes, 10 de diciembre de 2007

EL HOMBRE PEZ DE LIÉRGANES


Nuestra primera parada nos acerca a un hecho reconocido como histórico pero que marca un antes y un después en la historia mágica de Cantabria al transfigurarse en leyenda viva del pueblo. Un lugar mágico enclavado en el hermoso pueblo de Liérganes donde el misterio y la realidad se juntan para disfrute de oriundos y visitantes. El hombre pez de Liérganes a alcanzado un importante nivel de resonancia en el mundo de las rutas y lugares mágicos dentro de Cantabria y de España. Es sin lugar a dudas, digno de nuestro primer paseo por el misterio cántabro y un lugar que no podemos dejar de visitar en nuestro viaje al misterio en Cantabria. A continuación expongo un pequeño retazo de la historia de la que se han escrito tratados enteros y que ha hecho correr ríos de tinta...te atreves a sumergirte en tu primera parada?
Saludos y paz

"El relato que presenta mayor número de detalles y que resulta de un singular interés por el carácter racionalista y desmitificador de quien escribe sobre él, es el del hombre-pez de Liérganes, que aparece reseñado por primera vez en el volumen VI del Teatro Crítico Universal (1726-1740) de fray Benito Jerónimo Feijoo. La historia, tal y como la cuenta el ilustrado fraile, es más o menos como sigue.Retrato de fray Benito Jerónimo Feijoo, quién consideró la historia del Hombre pez de Liérganes.En el lugar de Liérganes, cercano a la villa de Santander, vivía a mediados del siglo XVII el matrimonio formado por Francisco de la Vega y María de Casar, que tenían cuatro hijos. La mujer, al enviudar, mandó al segundo de ellos, Francisco, a Bilbao, para que aprendiese el oficio de carpintero. Allí vivía el joven Francisco cuando, la víspera del día de San Juan del año 1674, se fue a nadar con unos amigos al río. El joven se desnudó, entró en el agua y se fue nadando río abajo, hasta perderse de vista. Según parece, el muchacho era un excelente nadador y sus compañeros no temieron por él hasta pasadas unas horas. Entonces, al ver que no regresaba, le dieron por ahogado.Cinco años más tarde, en 1679, mientras unos pescadores faenaban en la bahía de Cádiz, se les apareció un ser acuático extraño, con apariencia humana. Cuando se acercaron a él para ver de qué se trataba, desapareció. La insólita aparición se repitió por varios días, hasta que finalmente pudieron atraparlo, cebándolo con pedazos de pan y cercándolo con las redes. Cuando lo subieron a cubierta comprobaron con asombro que el extraño ser era un hombre joven, corpulento, de tez pálida y cabello rojizo y ralo; las únicas particularidades eran una cinta de escamas que descendía de la garganta hasta el estómago, otra que cubría todo el espinazo, y unas uñas gastadas, como corroídas por el salitre.Los pescadores llevaron al extraño sujeto al convento de San Francisco donde, después de conjurar a los espíritus malignos que pudiera contener, le interrogaron en varios idiomas sin obtener de él respuesta alguna. Al cabo de unos días, los esfuerzos de los frailes en hacerlo hablar se vieron recompensados con una palabra: "Liérganes". El suceso corrió de boca en boca, y nadie encontraba explicación alguna al vocablo hasta que un mozo montañés, que trabajaba en Cádiz, comentó que por sus tierras había un lugar que se llamaba así. Don Domingo de la Cantolla, secretario del Santo Oficio de la Inquisición, confirmó la existencia de Liérganes como un lugar cercano a Santander, perteneciente al arzobispado de Burgos, y del cual él era oriundo. De inmediato mandó noticia del hallazgo efectuado en Cádiz a sus parientes, solicitando que informaran de si allí había ocurrido algún suceso que pudiese tener conexión con el extraño sujeto que tenían en el convento. De Liérganes respondieron que allí no había ocurrido nada extraordinario fuera de la desaparición de Francisco de la Vega, hijo de la viuda María de Casar, mientras nadaba en el río de Bilbao; pero que esto había ocurrido cinco años atrás.Esta respuesta excitó la curiosidad de Juan Rosendo, fraile del convento, quien, deseoso de comprobar si el joven sacado de la mar y Francisco de la Vega eran la misma persona, se encaminó con él hacia Liérganes. Cuando llegaron al monte que llaman de la Dehesa, a un cuarto de legua del pueblo, el religioso mandó al joven a que se adelantara hasta allí. Así lo hizo su silencioso acompañante, que se dirigió directamente hacia Liérganes, sin errar una sola vez al camino; ya en el caserío, se encaminó sin dudar hacia la casa de María de Casar. Ésta, en cuanto le vio, le reconoció como su hijo Francisco, al igual que dos de sus hermanos que se hallaban en casa.El joven Francisco se quedó en casa de su madre, donde vivía tranquilo, sin mostrar el menor interés por nada ni por nadie. Siempre iba descalzo, y si no le daban ropa no se vestía y andaba desnudo con absoluta indiferencia. No hablaba; sólo de vez en cuando pronunciaba las palabras "tabaco", "pan" y "vino", pero sin relación directa con el deseo de fumar o comer. Cuando comía lo hacia con avidez, para luego pasarse cuatro o cinco días sin probar bocado. Era dócil y servicial; si se le mandaba algún recado lo cumplía con puntualidad, pero jamás mostraba entusiasmo por nada. Por todo ello se le creía loco hasta que un buen día, al cabo de nueve años, desapareció de nuevo en el mar sin que se supiera nunca más nada de él."


Artículo extraído parcialmente de la web:

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